25/4/08

Aquellos años 80


Esta noche lluviosa me lleva inevitablemente a la nostalgia. Siempre caigo en la misma época: la década de los 80.
Tal vez porque me tocó vivir buena parte de mi adolescencia y la mejor parte de mi juventud por aquellos años, es que los recuerdo con tanto cariño.
Si bien la moda no fue de las más agraciadas con la creatividad, la música ha dejado temas imborrables ... y cómo olvidarlos si en esos tiempos bailábamos lentos y cada canción nos traía (y nos trae) un recuerdo especial.
Fue genial vivir la adolescencia en un pueblo, donde todos éramos vecinos, donde todos nos cuidábamos, donde cada adulto era nuestro viejo y cada par nuestro hermano. También había chusmerío, pero ese es un mal inevitable.
Salíamos los fines de semana a los asaltos, a los cumpleaños de 15, a los bailes que organizaban los chicos de 5º para pagar el viaje de egresados. ¿Cómo olvidar las canciones de Pedro y Pablo, Piero, Silvio Rodriguez, Pablo Milanés, León Gieco, Marilina Ross y su "Puerto Pollenza"...No necesitábamos que nos llevaran, todo nos quedaba cerca, salíamos en grupo y por más que alguno del grupo enganchara algo, siempre nos volvíamos juntos.
La escuela era un espacio placentero, teníamos respeto por los adultos, que de paso nos ponían límites.
El primer novio, el primer beso, los primeros poemas, la primera desilusión, la primera pérdida.

Después vino la época de la Universidad, que para mi coincidió con la llegada de la democracia. Votar. Salir a la calle a festejar. Animarse a participar o no, dependiendo de los miedos de cada uno.
Dejar el hogar paterno, aprender a convivir con otras personas, sobrevivir con muy poca plata, hacer de la amistad un vínculo irrompible, duradero, incondicional.

Fumar mucho y comer poco, parciales que se amontonaban todos en una semana, después de un paro de docentes o no docentes universitarios, el miedo al presentarse a rendir una materia, la alegría y el festejo al rendir bien, la depre cuando se rendía mal

El primer amor, las "mariposas en el estómago", el primer dolor, la última vez que permití que me lastimaran.
Y la música seguía girando: Soda Stereo, Virus, GIT, Los Abuelos, Los Enanitos Verdes, Lerner, Billy Joel, Lionel Richie, Elton John, George Michael, Tina Turner, Génesis, Queen.

La ropa seguía siendo horrible, creo que lo peor de todo fueron las hombreras.

Para mi fue una época de muchas alegrías y algunas lágrimas, en la que conocí a gente que marcó mi vida para bien. Son los amigos y amigas que aún conservo y quiero como si fueran mis hermanos, hermanos del corazón.

En los 80 pasé muchas vacaciones estudiando, en ese momento todas las materias se rendían, ninguna se promocionaba. Hoy agradezco ese sacrificio.
Logré mi primer título, al que no le di demasiada importancia en ese momento y, gracias al cuál, me pude insertar en el ambiente laboral por primera vez.

Muchos dicen que en esos tiempos se pasó de la libertad al libertinaje. Es cierto que teníamos más libertades que generaciones anteriores, pero teníamos una formación sólida, pensábamos antes de hacer algo, poníamos mucha energía en nuestros sueños, nuestros proyectos, no se veía a ninguna chica borracha por la calle, ni a dos patotas peleando por la calle.

Poníamos pasión y alegría a todo lo que hacíamos.

Yo no digo que hayan sido tiempos perfectos, pero si puedo asegurar que éramos mucho más felices que los pibes de ahora. Nos aburríamos menos que ellos, a pesar de no tener tanta tecnología en casa. Tal vez esa sea la clave, no nos quedaba otra más que salir para vernos, comunicarnos a través de la palabra, mirarnos, darnos cuenta si alguien estaba triste o contento. Hoy mi hijo de 16 años hizo un trabajo práctico grupal de Historia, solo, se comunicó con su compañero a través del chat, buscaban las respuestas por internet, cuando lo terminaron se desconectaron y se acabó el asunto. Ninguno supo del otro si estaba bien, enfermo, contento, deprimido.

Para los que tenemos más de 40 estudiar o hacer un práctico con un compañero significaba mate, tortitas, risas, cargadas, escuchar música y cantarla, contarnos cosas, crear vínculos fuertes.

Por supuesto que son épocas diferentes, pero estoy muy agradecida de que me haya tocado vivir en los 80 esas etapas que marcan para siempre.

Les dejo un video que seguramente recuerdan...




17/4/08

Los rumores






Hoy leía que "Los rumores influyen más que los hechos en la reputación de las personas" ¡¡Vaya descubrimiento!!

Se puede ser una buena persona, una madre dedicada, un padre responsable, un excelente amigo, un gran profesional, pero basta conque alguien ponga en órbita un rumor para que se siembre la duda y la desconfianza.

También el rumor actúa a favor de los mentirosos, los resentidos, los frustrados, los mal paridos digamos.

Hoy en una reunión de trabajo observaba cómo se sacaban los ojos y mostraban las uñas los menos indicados para abrir la boca, todos basándose en rumores "me dijeron", "por la radio escuché", "este lugar tiene mala fama porque los de adentro rumorean pestes de las situaciones internas", y toda una serie de echarse culpas para lavarse las manos que da mucha vergüenza.

La falta de sinceridad siempre lleva a hablar por detrás y eso termina siendo una bola imparable de rumores que no conducen a nada y que sólo desgastan las ganas de la gente.


El mayor problema del "lleve y traiga" es que, en la mayoría de los casos, termina como el juego del teléfono descompuesto: una mina que salió con dos tipos, termina siendo la trola que posó desnuda en el almanaque para los talleres mecánicos; el tipo que perdió su trabajo porque cerró la empresa, termina siendo el que se fue porque lo echaron por ladrón; el nene que juega con muñecas termina siendo gay a los 5 años y como eso un millón de casos más.


Ahora bien, creo que el peor rumor es aquel que surge de una mentira o un supuesto. ¡Es increíble ver cómo prenden esos rumores! ¡Lo que destruyen y lastiman! No importa todo lo bueno que se haya hecho en la vida, un sólo rumor desprestigiando a una persona, tira por tierra una buena reputación.

Siempre recuerdo con mucho dolor que gracias a un rumor un compañero de trabajo se suicidó. La maldad de los dichos de algunos obtusos lo llevó a tomar la única determinación que no tiene solución: la muerte.

No es fácil revertir el chusmerio, pero la vida me ha mostrado que a la larga, "todo lo que va vuelve" y tanta maldad y mala intención se vuelve en contra de quien la provoca y pega donde más duele.

¿Es tan difícil tener respeto por lo otros? ¿Es tan complicado aceptar o rechazar, pero sin criticar destructivamente? ¿Por qué destruir es más sencillo que construir?

Hoy un colega en la reunión me comentaba que había dejado de ir a los asados que organizaba un grupete porque le molestaba todo el chusmerío barato que se generaba ... somos docentes, pobres chicos si nos toman de ejemplo a los adultos....Ojo!!! Los rumores corren como agua en todos los ámbitos, desde los chimentos de la farándula lamentable que tenemos los argentinos, hasta en las reuniones familiares.
¿Cuándo será el día que los adultos maduremos y podamos hablar de frente, sin herirnos y haciendo honor a la verdad?

9/4/08

Aniversario


El fin de semana pasado fue mi aniversario de casada número 17. ¡¡¡17 años!!!!
¡Pensar que muchos apostaron a que no duraríamos más allá de la Luna de Miel!
Noviazgo cortísimo, embarazo inesperado, personalidades opuestas, nada más parecido al agua y el aceite.
Nos advirtieron que la historia no pintaba para algo duradero. Nos llenaron la cabeza de malos augurios...
Él, la persona más impuntual que conozco, llegó tarde al Civil. Yo, la persona más despistada que existe, rompí el vestido, justo antes de entrar a la Iglesia. Los dos, rarísimos por cierto, no quisimos fiesta y despedimos a nuestros invitados en el atrio de la Iglesia, nos fuimos a comer una pizza, y a esperar el colectivo para irnos de luna de miel, que fue más bien Luna de Antibiótico porque estuvimos enfermos los diez días que duró.
Con ese panorama, 17 años son una eternidad!!
No fue fácil al principio...ni después tampoco, pero siempre nos hemos tenido una paciencia infinita: yo a su tranquilidad aparente, él a mi locura real.
En muchos aspectos hemos podido equilibrar las diferencias: él habla un poco más (sólo un poco más ) , yo callo mucho más (aunque se me sigue saltando la cadena con más asiduidad que a él).
Nunca me lo imaginé como mi príncipe azul, siempre lo he visto tal cuál es. Me llevó muchas horas de psicoanálisis, aceptarlo tal cuál es.
Nunca me imaginó perfecta, me ha bancado todo y mucho más de lo que yo misma le soportaría.
Él es simple, yo muy complicada.
Él ama el deporte y la vida hogareña, yo las fiestas y las salidas.
Él jamás hace regalos, yo adoro regalar y recibir presentes.
Él mira El Zorro y yo CSI en todas sus versiones.
Mi psicoanalista dice que somos más hermanos que pareja. Ella piensa que con él, vivo siempre al borde de un precipicio. Parece que ¡soy muy buena equilibrista entonces!!
No voy a negar que extraño mi soltería más que a nada en el mundo. El casamiento me tomó de sorpresa y sacrificar mi libertad fue lo más doloroso, lo que todavía añoro. Me habría gustado llevar a cabo algunos proyectos que dejaron de ser posibles si se pensaban de a dos.
A los dos nos gusta disfrutar de unas buenas vacaciones, comer mucho y tomar mate, mimar a los chicos, que crecen mucho más rápido de lo esperado.
17 años !!! Alegrías, logros, dos hijos maravillosos ... parece que es cierto ... los polos opuestos se atraen!!!.