27/11/08

Doña Negativa


Siempre me pregunto por qué habiendo tantos hombres en el mundo hay tantas mujeres solas. Si bien las relaciones humanas cada día son más difíciles, siempre hay alguien dispuesto a conocer a seres del otro sexo.
Este fin de semana pude darle respuesta, con conocimiento y padecimiento de causa, a mi intriga.
Salí con tres amigas. La ciudad estaba como nunca, una carrera automovilística trajo gente como nunca y, por supuesto, hombres para todos los gustos.

Una de mis amigas, M, está separada; la otra, A, casada como yo (nos portamos re bien, pero casada no es sinónimo de ciega) y la cuarta del grupo, I, soltera, Doña Negativa ... y que ha resultado ser la persona más rompe cocos y negativa que conozco.


De entrada nomas I arrancó con sueño. Digo, si yo tengo sueño me quedo en mi casa a dormir y punto. Pero ella no, prefirió avisar desde que nos encontramos hasta que la depositamos en su casa, que estaba cansada, que sólo salía para hacernos pata a nosotras ¿¿¿??? Sus bostezos llenaban el aire y la paciencia.
Mi amiga A acaba de comprarse un auto hermoso, que por fin le prestó el marido para salir, pero claro, I no pudo con su genio y dijo, "¡qué lindo!, ¡qué cómodo!, pero ...podría ser un poquito más chico ¿no?"
Elegir el lugar fue un problema, ya que era tarde y no es fácil normalmente conseguir un lugar sin reserva previa, con la historia de la era casi un imposible. Le pedimos a I que eligiera, ya que sino, iba a estar toda la noche quejándose, pero dio tantas vueltas, que terminamos decidiendo nosotras, cosa que tampoco le gustó mucho.
Ya en el restó, siendo casi la 1 de la mañana (por estos lares ya es muy tarde para caer a comer a algún lugar), empezó a quejarse del aire acondicionado, luego de la comida y después de los mozos, que en realidad nos atendieron de primera.
De allí partimos a la zona de confiterias. Todo espléndido, gente por todos lados y lo mejor de todo, caras nuevas, porque aqui es tan chico que nos conocemos todos. Para hacer el pedido fue toda una historia. I, por supuesto, tenia dudas: café chico o mediano?, lo cual llevó casi al colapso a la pobre moza, que no estaba muy acostumbrada a atender tantas mesas a la vez, con el agravante de esta mujer que si no complica todo, no puede vivir.
La noche daba para reirse y relajarse, pero Doña Negativa comenzó a sacar el tema laboral (que está vedado los fines de semana) y para colmo tocó un temita ríspido sobre adopción y derecho a la privacidad de las personas. A esa altura ya me tenía podrida.
Decidimos irnos, previas vueltas por la zona. Cuando ya estábamos volviendo, se despacha y dice "¿y si nos volvemos y nos tomamos otro café?, a mi a esta hora ya se me pasó el sueño!!"
Mis ganas de bajarla del auto y que se volviera caminando eran grandes. A y M largaron la carcajada y una le dijo "sos peor que la gata Flora", cosa que la ofendió parece, porque no habló más hasta que llegamos a su casa y nos contó todo lo que iba a hacer el sábado y el domingo...
Y yo me pregunto ¿qué hombre la podría soportar con tantos peros? Me la imagino diciendo "hoy no tengo ganas"; "abrazame que tengo frío"; "soltame que tengo calor"; "que pena que te pusiste una remera, a mi me gustan las camisas"; "¡qué rico perfume tenés!, pero soy alérgica" ...
Mi amiga Doña Negativa no es mala gente, pero la próxima vez que salga con ella será para ir al cine, cosa de que sólo se queje de que no le gustó la película.
Ufff, ¡qué mala onda!, parece que me la contagio un poquito, no?

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