14/3/08

De patos y cisnes

¿Quién no se ha sentido un "patito feo" alguna vez?¿De dónde nace la idea de la belleza? En definitiva ¿quién decide sobre la belleza y la fealdad? ¿Es el exterior el reflejo de lo interior?
Personalmente hace años que no me detengo demasiado en observar la belleza física de las personas, excepto claro, a Juan Darthés y Kevin Costner (en su personaje de "El Gaurdaespaldas") que me encantan.
Cuando era un patito feo (ya no lo soy, porque dejé de sentirme así hace mucho tiempo), pensaba que si algún par de ojos se posaba en mi, era para admirar mi fealdad. Ni siquiera mi fealdad, ya que me sentía imperceptible, un ente. Hasta los 25 años siempre me extrañó que los tipos se me acercaran y que desde los 14 siempre tuve alguno cerca. Hasta entonces me sentía chiquita como un granito de arena. Varias sesiones de psicoanálisis me aclararon mis cuestionamientos, pero... volvamos al tema de sentirse pato y al final ser un cisne total.
¿Quién no quiso alguna vez ser la más linda de la escuela? Eso daba una tremenda popularidad. Siempre se la veía rodeada de amigas (todas ellas bellas, pero no tanto como la reina en cuestión) y amigos (todos ellos soñados e inalcanzables a los patos feos). Al caminar parecía que dejaba una estela de glamour y brillo. Nunca "planchaba" en los bailes y boliches y se daba el gusto de elegir entre varios candidatos, que siempre eran los mejores físicamente hablando.
En la vereda de enfrente, los patitos feos, casi invisibles, tenían tiempo de observar todos los detalles del acontecimiento, ya que nadie se les acercaba.
Como la naturaleza en su sano juicio, y haciendo alarde de que se reconoce equilibrada, a la larga le da una manito a los patitos feos, nos muestra que el tiempo pasa por igual, para todos los animales del zoo humano.
La más bella formó pareja con el más deseado, ambos tienen los mismos flotadores abdominales que los nerds de aquellos años mozos. Él está tan pelado como aquel otro, que era gordito y feo a los 15. Ella se tiñe las canas igual que la petisa, anteojuda del 4º B.
El gordito feo hizo un buen tratamiento adelgazante y, dentro de su auto último modelo se ve bastante interesante.
La petisa anteojuda usa lentes de contacto y aprendió a dominar los tacos altos, más de un tipo se da vuelta para mirarla cuando pasa. Tiene un "no sé qué", que llama la atención.
En definitiva, los patos y los cisnes se confunden en este universo de apariencias locas y, lo que hoy reluce como oro, mañana puede ser opaco como carbón ...

3 comentarios:

Ana Clara dijo...

Creo que la belleza externa es un resultado de la belleza interna y de seguridad en uno mismo.
Por belleza interna entiendo armonía entre los pensamientos y las acciones. Fijate que la gente que reprime es fea (o tiene expresión fea).
Además sin duda que la actitud tiene que ver. Tengo una amiga que es rubia de ojos claros, alta, no tiene nada feo... pero a cualquiera del sexo masculino que le preguntas te dice que le falta algo... le falta actitud.
Lo que gusta o seduce no es lo fisico, es otra cosa!
Te seguire leyendo, saludos!!

Anónimo dijo...

¡Qué bueno haberte encontrado, Su! En tus primeros comentarios no incluías el URL de tu blog y era muy frustrante para mí no poder devolverte la visita. Me gustó mucho tu reflexión sobre la relatividad de la belleza. Se ha hecho un culto de la imagen y de las apariencias, cuando bien sabemos que la belleza auténtica y perdurable está en la mirada, en los gestos, en la riqueza interior. Si tengo que confesar cómo puedo caer enamorado en treinta segundos, te digo que una mirada y un ligero mohín con la comisura de los labios puede hacerme perder la cabeza. ¿No estás de acuerdo? Te sigo leyendo. Beso.

Susana dijo...

Clara y Alex, a veces es tan sutil lo que agrada o enamora de una persona, que se hace imperceptible a los ojos, pero marca profundamente el alma y ... esa belleza, justamente, es la que ni el tiempo ni los años pueden opacar. Cariños y gracias por sus comentarios.